La Federación Internacional Farmacéutica (FIP) y el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España, han lanzado conjuntamente la versión en castellano del informe “Uso de medicamentos en personas mayores: El papel de la farmacia en la promoción de la adherencia”. Este documento, originalmente en inglés, fue realizado por la Universidad de Sidney para la FIP, y en sus conclusiones destaca que la intervención del farmacéutico mejora la adherencia a la medicación en mayores con enfermedades crónicas. Además, los autores señalan que el farmacéutico juega un papel fundamental con el asesoramiento en tratamientos de inicio y también mediante las ayudas en el manejo de dosis o el apoyo con los sistemas de recuerdo, intervenciones todas ellas que presentan evidencia de mejora de la adherencia, según el estudio.
El estudio destaca que las consecuencias de la no adherencia son mayores en los pacientes de edad avanzada, debido a que suelen tomar varios medicamentos para múltiples enfermedades. Por ello, los autores recomiendan potenciar la formación de los farmacéuticos para reconocer este deterioro cognitivo y poder así ajustar la forma en que se comunican con los pacientes, los consejos y las acciones que llevan a cabo. Además, los autores creen que dado el número de puntos de intervención potenciales para el fomento de la adherencia, desde el médico en el diagnóstico, el farmacéutico en la dispensación o durante la toma de un medicamento, las intervenciones múltiples tienen un efecto relativamente mayor que las intervenciones únicas.
El ejemplo de España
El informe repasa diferentes proyectos puestos en marcha en todo el mundo incluyendo dos desarrollados en España por el Consejo General de Farmacéuticos: ADHIÉRETE, finalizado en 2014, y AdherenciaMED, que en breve presentará resultados. El Programa ADHIÉRETE, desarrollado entre 2013 y 2014, tenía como objetivo evaluar la adherencia a los tratamientos en mayores crónicos, polimedicados e incumplidores. Además, este programa permitió evaluar la calidad de vida de los pacientes, detectar y corregir Problemas Relacionadas con la Medicación y medir el impacto del programa en términos de coste-beneficio, entre otros.
El estudio incluyó a 60 farmacias comunitarias y 225 pacientes y los resultados revelaron un incremento del 35% al 75,7% en la adherencia a los tratamientos tras la intervención del farmacéutico. Además, de un incremento en la calidad de vida, una reducción de un tercio de los problemas relacionados con los medicamentos así como un elevada satisfacción de los pacientes.