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Consejos climatización y ventilación en COVID-9

Se ha demostrado que el riesgo de contagio del virus SARS-CoV-2 por vía aérea en el interior de los edificios es más elevado cuando existe poca ventilación.

El parámetro más importante es la renovación de aire por ocupante. Como valor recomendado, se recomienda un mínimo de 12,5 l/segundo y ocupante. Para asegurar este valor mínimo, se puede: aumentar la ventilación o reducir la ocupación.

Se debe realizar una ventilación natural, abriendo puertas y ventanas el mayor número de horas posible.

En cuanto al uso de máquinas de climatización, se debe aumentar todo lo posible la ventilación de los espacios con aire exterior.

Si se dispone de sistemas que pueden funcionar tomando solamente aire exterior, cerrar en lo posible las compuertas de recirculación de aire para ventilar al máximo con aire del exterior.

Es recomendable reforzar la limpieza de los filtros de los equipos de climatización para mantener una adecuada calidad del aire y reducir el riesgo de propagación de virus y bacterias.

Se recomienda reemplazar los filtros de aire de acuerdo con el programa de mantenimiento establecido.

No se deben poner en funcionamiento ventiladores de techo o de pie ya que remueven el aire interior, que mantiene y reparte las posibles gotas en suspensión.

Si se dispone de un sistema de extracción para aseos se debe mantener la ventilación permanentemente y verificar el correcto funcionamiento de la extracción de aire en los mismos. En este caso, no abrir ventanas de los aseos para asegurar la dirección correcta de ventilación e, indicar que los inodoros se descarguen con la tapa cerrada. 

En cuanto a la actuación ante un posible positivo se recomienda:

  • Ventilar el espacio donde se haya alojado la persona de, al menos, 4 horas. Ventilación al máximo, tanto forzada como natural de ser posible. La ventilación debe comenzar al menos 2 horas antes de comenzar las labores de desinfección.
  • Dentro del protocolo de limpieza y desinfección del espacio, incluir las rejillas de impulsión y retorno de aire. Extracción y limpieza y desinfección del filtro de la unidad interior si la hubiera (fancoil, split). Limpieza y desinfección de la unidad interior, en caso de existir, pulverizando una solución desinfectante.

En el caso de locales con dificultades para obtener una ventilación satisfactoria, se recomienda el uso de unidades portátiles de sistemas de filtración y purificación equipadas con filtros de alta eficiencia HEPA, ubicadas en los espacios a tratar. Es preciso que mantengan un índice de movimientos hora significativo.

Los filtros HEPA deberán tener una filtración altamente eficiente del aire, con capacidad de retener aerosoles en porcentajes superiores al 99,95%, según la norma UNE1822.

Adicionalmente, los sistemas de filtración y purificación portátiles pueden contar con tecnologías complementarias de purificación, tales como radiación ultravioleta.

En cuanto al uso de ozono o luz ultravioleta en los equipos denominados “purificadores”:

  • No existe evidencia sobre la eficacia y seguridad de la desinfección de SARS-CoV-2 con dispositivos de radiación con luz ultravioleta u ozono.
  • Ambos implican riesgos para la salud, ya que pueden causar daños oculares, daños en la piel o irritación de las vías respiratorias.
  • En ambos casos, la utilización de los dispositivos debe realizarse de forma controlada. El personal que los utilice tiene que acreditar formación profesional para el uso de estos dispositivos y debe estar equipado adecuadamente, para minimizar el riesgo de la exposición.
  • No se pueden aplicar en presencia de personas.

 

La medida más eficaz para la prevención de infecciones (virus, bacterias y hongos) sigue siendo el lavado de manos, la protección con mascarilla, la distancia social, la limpieza con detergentes y desinfectantes y la aplicación de biocidas autorizados por el Ministerio de Sanidad.