Pautas generales de hidratación
Los criterios preventivos que se exponen a continuación pretenden mejorar la calidad de vida y la salud de la población general, ayudando a mantener el equilibrio hídrico y evitando la aparición de síntomas relativos a los procesos de deshidratación.
En caso de personas con patologías concretas, es siempre recomendable que éstas consulten con su médico.
- Consuma entre 2 y 2,5 litros de líquidos diarios, incluyendo el agua que proviene de los alimentos.
Distribuya la ingesta a lo largo del día. La sed es una señal que nos avisa que hay que beber líquidos, porque ya tenemos cierto grado de deshidratación. Por tanto, no es saludable “aguantar” sin beber; al contrario, debe beber sin esperar a tener sed. Si realiza actividad física en ambientes calurosos es necesario aumentar la cantidad de líquido ingerido.
- Preste atención muy especial a las situaciones que puedan favorecer la deshidratación, como el calor y la sequedad ambiental anormalmente elevados, fiebre, diarreas, vómitos, etc.
Se desaconseja realizar actividades físicas en las horas centrales de días calurosos, usando excesivas prendas de abrigo, exposición exagerada al sol, etc.
- Es importante que sepa reconocer situaciones de deshidratación.
Los síntomas que orientan hacia un cuadro de deshidratación son, entre otros, sed, sequedad de las mucosas y de la piel, disminución de la cantidad de orina y, en casos más graves, pérdida brusca de peso, orina oscura y concentrada, somnolencia, cefalea y fatiga extrema.
- El agua y otras bebidas con diferentes sabores son necesarias para asegurar una adecuada hidratación.
En situaciones de deshidratación, leve como las mencionadas anteriormente (puntos 2 y 3), las bebidas con sales minerales, en concreto sodio, y con azúcares de absorción rápida pueden facilitar una mejor rehidratación.
- Es conveniente hidratarse antes, durante y después de realizar ejercicio.
Cualquier ejercicio físico, aunque sea moderado, produce la eliminación de cierta cantidad de agua y sales minerales, además de un consumo energético. Por tanto, aportar sodio ayuda a reponer las cantidades perdidas a través del sudor, sobre todo si las temperaturas son superiores a 25 grados centígrados.
- Siga una dieta variada y equilibrada, rica en frutas y verduras frescas.
Además de los líquidos, ciertos alimentos ricos en agua, como frutas y verduras, nos pueden ayudar a mantener un buen nivel de hidratación.
- Las comidas copiosas requieren un aporte suplementario de bebida.
- Si realiza algún tipo de dieta pueden variar sus necesidades específicas de hidratación. Consulte con su médico.
- Limite el consumo de bebidas alcohólicas.
Las bebidas alcohólicas no evitan la deshidratación e incluso pueden llegar a empeorarla.
- Consulte con su farmacéutico cuáles de los medicamentos que toma habitualmente pueden modificar su nivel de hidratación.
La utilización de forma habitual de ciertos medicamentos (diuréticos, por ejemplo) puede afectar a su estado de hidratación, aumentando el riesgo de deshidratación y agotamiento por calor.
Campaña de hidratación 2018: http://www.portalfarma.com/Profesionales/campanaspf/categorias/cuidados-verano/2018-campana-hidratacion/Paginas/default.aspx