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Consejos para un verano sin riesgos frente al sol y el calor

Las altas temperaturas suponen un riesgo para la salud, ya que las radiaciones solares pueden dañar la piel y los ojos, mientras que el calor excesivo eleva las posibilidades de afectar a la acción de ciertos medicamentos y multiplica el riesgo de deshidratación. Por todo ello, los farmacéuticos ofrecen consejos que nos ayudarán a disfrutar de un verano sin riesgos.
A través de cuatro sencillas infografías, disponibles en el siguiente enlace de la web farmaceuticos.com, se repasan los efectos y consejos asociados a los peligros de deshidratación ante una ola de calor; una correcta fotoprotección que nos proteja de las radiaciones solares tanto de nuestra piel como de nuestros ojos y, por último, los efectos que sobre los medicamentos pueden tener las altas temperaturas. 

Hidratación y ola de calor
El calor extremo produce, entre otros, importantes pérdidas de agua y hace que el cuerpo tenga dificultades para regular su temperatura por los mecanismos como la sudoración, todo ello provoca un aumento de la temperatura corporal, situación que si supera los 40°C y se prolonga durante 10-15 minutos puede desembocar en el temido golpe de calor. Dependiendo de la cantidad de agua perdida, se producen signos y síntomas que alertan de la necesidad de actuar lo antes posible, desde sed o boca seca, en una primera fase; hasta mareos, delirios e incluso muerte en los casos más graves.
Entre los consejos para evitarlo, los farmacéuticos destacan beber antes de tener sed, evitar las bebidas alcohólicas, prestar especial atención a las personas mayores, niños y lactantes, y comer variado y equilibrado, sobre todo frutas y verduras. Además, hay que evitar las salidas y las actividades en las horas de más calor y cubrirse la cabeza y el cuerpo en caso de tener que salir a la calle.

Fotoprotección
En España existe una larga tradición de protegerse del sol, pero las cifras de incidencia de ciertas patologías nos alertan de la necesidad de seguir formando e informando. “Las radiaciones UVB, UVA, la luz visible (VIS) y el infrarrojo A (IR-A) siguen provocando quemaduras, fotosensibilidad y alergias solares a corto plazo, y fotoenvejecimiento cutáneo, cáncer de piel y alteración del sistema inmunitario a largo plazo”, alerta del vocal nacional de Dermofarmacia, Tomás Muret.
El uso correcto de filtros solares en función de nuestras costumbres y tipo de piel, son la mejor arma para combatir todos los peligros para nuestra piel, pero además unos sencillos hábitos nos protegerán. Así, debemos evitar la exposición al sol entre las 12 y las 16 horas y las exposiciones prolongadas; hay que hidratar la piel después de la exposición al sol y tener más precauciones en niños, ancianos y embarazadas. Por último, recordar que algunos medicamentos, los conocidos como fotosensibilizantes, pueden interaccionar con la radiación solar, dando lugar a reacciones de fotosensibilidad o de fotoalergia.

Fotoprotección ocular
Los ojos son otros de nuestros órganos que pueden dañarse si no lo protegemos de las radiaciones solares. El daño puede aparecer en todas sus partes con afecciones como blefaritis en los párpados; fotoconjuntivitis en la conjuntiva; fotoqueratitis en la córnea; cataratas en el cristalino; o degeneración macular asociada a la edad la retina.  Además, existen grupos de población más sensibles a estos peligros, como los niños, adolescentes y mayores, personas de ojos claros, operadas de cataratas, con ojo seco, ciertas alergias o quienes pasan más tiempo expuestos al sol.
Algunas de las recomendaciones para proteger los ojos son evitar las exposiciones prolongadas al sol especialmente entre las 12:00 y las 16:00 horas; es aconsejable utilizar sombreros o gorras con visera para proteger nuestros ojos y utilizar gafas de sol homologadas. En caso de tener miopía, hipermetropía y/o astigmatismo se debe añadir a las gafas graduadas un tratamiento de protección UV. Para evitar las molestias del Ojo Seco, se aconseja el uso de lágrimas artificiales.

Medicamentos y ola de calor
Otros de los posibles efectos de las altas temperaturas es la repercusión sobre la correcta acción de los medicamentos, especialmente en el caso de tratamientos crónicos. Existen cerca de 7.000 presentaciones de medicamentos, que requieren de ciertas precauciones ante una ola de calor. Los mecanismos por los que los medicamentos pueden agravar los efectos del calor se resumen en cuatro grandes grupos: funcionamiento del riñón; fármacos que favorecen la pérdida de agua; los que interfieren en la necesaria pérdida de calor y, por último, los que pueden aumentar de forma indirecta la temperatura corporal.
“Conservar los medicamentos en un lugar fresco y seco: utilizarlos tan pronto como los saques del frigorífico, cuando sea necesario conservarlos entre 2-8ºC; tener especial precaución con aquellas formas más sensibles al calor como supositorios, óvulos y cremas; y, en caso de necesitar transportarlos hacerlo en una nevera portátil evitando siempre la guantera y el maletero del coche”, son algunos de los consejos que debemos seguir.

Más información en www.farmaceuticos.com o en tu farmacia.

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