Ante la posible aparición de una nueva ola de calor, es aconsejable seguir una serie de medidas preventivas que nos ayudarán a evitar posibles consecuencias derivadas del exceso de calor.
- Debemos aumentar la ingesta de líquidos sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada.
Es útil ingerir soluciones isotónicas, es decir, soluciones de rehidratación oral. Además, hay que evitar bebidas alcohólicas, muy azucaradas o que contengan cafeína, ya que causan una mayor pérdida de líquidos corporales. - Otra de las recomendaciones es evitar comidas muy copiosas.
- Es aconsejable tomar abundantes frutas y verduras, teniendo especial cuidado en su manipulación y limpieza para evitar posibles trastornos digestivos que agravarían el problema.
- Debemos evitar exponernos al sol en exceso, especialmente en las horas centrales del día, permaneciendo en espacios ventilados o acondicionados.
- En cuanto a la actividad física, es aconsejable reducirla, y descansar con frecuencia a la sombra.
- Usaremos ropa ligera y holgada, preferentemente de fibras naturales y de colores claros, sombrero, gafas y protectores solares para la piel, que protejan frente a los rayos ultravioleta del tipo A y B y con un factor de protección mínimo de 15.
- Debemos prestar especial atención a personas de riesgo, como son los niños, ancianos y enfermos.
El farmacéutico, como profesional de la salud, puede ayudar tanto a las personas sanas como a aquellos grupos que presentan mayor riesgo frente a una ola de calor, realizando una serie de consejos que eviten el desarrollo de cualquier patología provocada por el calor.
Si se está en tratamiento con cierto tipo fármacos, el farmacéutico le aconsejará, ya que podrían agravar los procesos provocados por el calor. En estos casos conviene extremar las precauciones y consultar al especialista. Por otra parte, algunas enfermedades pueden causar deshidratación o influir en el centro termorregulador. En este sentido, enfermedades agudas como diarrea, infecciones o quemaduras cutáneas, y crónicas como hipertensión, enfermedades mentales, obesidad e hipertensión, también requieren unas precauciones especiales a la hora de prevenir el golpe de calor.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.